Hay gente cuyo destino está marcado por la lucha. Lucha por los derechos de su pueblo. Es el caso de Felix Díaz, uno de los dirigentes indígenas más conocidos de la Argentina. Díaz, de la comunidad Qom, fue atropellado el jueves de la semana pasada. El o los autores escogieron una fecha emblemática para perpetrar su atentado, el Día internacional de los Pueblos Indígenas.
Cuando Félix volvía en la moto hacia su comunidad una camioneta negra lo embistió por atrás, y lo dejó tirado en la ruta con golpes y heridas en cabeza, brazos y piernas. No es la primera vez que intentan eliminarlo. Es una persona amenazada de muerte por fuerzas policiales, parapoliciales y sectores del poder en Formosa. Lo que molesta a esta gente es su lucha por la recuperación del territorio indígena y el respeto de sus derechos.
El líder Qom realizó, en Buenos Aires, el año pasado durante cinco meses un acampe y realizó dos huelgas de hambre. Pedía que la Presidente de la Nación lo recibiera, tras la represión que sufriera su comunidad y los asesinatos de Roberto y Mario López. En la ocasión hubo viviendas quemadas, además de gente detenida y maltratada.
Lo cierto que es funcionarios del Gobierno lo recibieron, se llegaron a acuerdos, pero nunca se cumplieron.
Feliz, entretanto, ha vuelto a su casa, en la comunidad Primavera, que más que el renacer a la vida parece un invierno crudo al que están sometidos los miembros de esa comunidad, sin agua, ni condiciones mínimas para llevar una vida digna.
La lucha, el miedo, la tristeza y decisión inquebrantable de seguir adelante, son los los temas que roza Felix Díaz en esta entrevista telefónica.
Fuente:
El líder Qom realizó, en Buenos Aires, el año pasado durante cinco meses un acampe y realizó dos huelgas de hambre. Pedía que la Presidente de la Nación lo recibiera, tras la represión que sufriera su comunidad y los asesinatos de Roberto y Mario López. En la ocasión hubo viviendas quemadas, además de gente detenida y maltratada.
Lo cierto que es funcionarios del Gobierno lo recibieron, se llegaron a acuerdos, pero nunca se cumplieron.
Feliz, entretanto, ha vuelto a su casa, en la comunidad Primavera, que más que el renacer a la vida parece un invierno crudo al que están sometidos los miembros de esa comunidad, sin agua, ni condiciones mínimas para llevar una vida digna.
La lucha, el miedo, la tristeza y decisión inquebrantable de seguir adelante, son los los temas que roza Felix Díaz en esta entrevista telefónica.
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