2 de Abril de 2012
Despojan de sus tierras a indígenas por profesar una religión distinta a la católica
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (apro).- Alrededor de un centenar de familias del ejido Matamoros, en el municipio de Venustiano Carranza, fueron despojados de sus tierras y sus animales, y no se les permite enterrar a sus muertos en el panteón de la comunidad, debido a que profesan una religión diferente a la católica.
Un grupo de indígenas protestantes arribó hoy a esta capital para pedir a las autoridades su intervención, pues desde el pasado 30 de marzo se acentuaron las amenazas en su contra, motivo por el cual se congregaron en tres templos diferentes.
Los indígenas señalaron que desde hace varios años habían cooperado contra su voluntad para la fiesta del santo patrono del lugar, pero en 2009 tomaron la decisión de no hacerlo más, debido a que no profesan la fe católica.
Ello, dijeron, encolerizó a las autoridades ejidales, que empezaron a tomar represalias.
José Alfredo Gómez Hernández, pastor de la “Iglesia Manantial de Vida”, mencionó que los miembros de ese templo, así como de la “Iglesia Pentecostés” y la “Iglesia Dios Vivo”, viven momentos de crisis.
Señaló que alrededor de mil familias han sido despojadas de sus tierras y los católicos les destruyeron sus parcelas, además de que dispersaron a su ganado.
De acuerdo con Gómez Hernández, la intolerancia ha llegado al grado de que no les permiten enterrar a sus muertos en la misma comunidad, por lo que se han visto obligados a pedir permiso en un poblado vecino al ejido Nuevo León, municipio de Teopisca.
El pastor denunció que los líderes ejidales de la comunidad, todos católicos, acordaron quitarles el servicio de agua potable, cortarles el suministro de energía eléctrica y gestionar ante las autoridades federales para que les cancelen la entrega de los programas “Oportunidades” y “Procampo”.
Desde el año 2009, Noé Martínez González y Rigoberto Díaz Díaz empezaron a hacer las denuncias por las represalias contra los evangelistas, según consta en documentos entregados hoy a los periodistas, en los que se solicita la intervención de la Subsecretaría de Asuntos Religiosos del gobierno de Chiapas.
Desde el viernes 30 de marzo, cuando los evangélicos empezaron a construir un templo de la “Iglesia Manantial de Agua de Vida”, las autoridades ejidales los amenazaron de muerte, y les advirtieron que sólo les regresarán sus tierras y su ganado si renuncian a su credo.
Los campesinos han buscado el apoyo de la Subsecretaría de Asuntos Religiosos del gobierno de Chiapas, de los diputados locales y del Consejo Estatal de Derechos Humanos, así como de la Procuraduría General de Justicia y la Secretaría de Seguridad Pública estatal, pero hasta ahora nadie los ha escuchado.
Los indígenas tzotziles acusaron a los líderes Salomón Suárez Balcázar, quien funge como comisariado ejidal, y al agente municipal Eduardo Velázquez Balcázar, de encabezar las acciones represivas en contra de los hombres, mujeres y niños que decidieron profesar una religión que no es la tradicional en la comunidad.
Fuente: Proceso • Semanario de información y análisis
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